sábado, 21 de noviembre de 2009

Un cuento más.

La verdad es que no se muy bien por donde empezar. Hemos visto y tratado tantos temas en este curso que no se cual elegir para comenzar este blog. Supongo que lo mejor será que me presente, y qué mejor forma de hacerlo que como si se tratase de un cuento, ya que este es mi cuento de hadas.

Érase una vez que se era, no muy lejos de esta universidad, una muchacha de 19 años que vivía con sus padres y su hermana pequeña. Aquella chica era morena, tenía el pelo un poco largo, y estaba estudiando para enseñar a niños de primaria, lo cual le gustaba y le motivaba mucho. Su vida consistía en estudiar, querer a su familia y a sus amigos, hacer feliz a aquella persona que tanto quería y que de tanto había aprendido, aprender de la vida y disfrutar de cada momento vivido.

Un día escuchó que se iba a celebrar un curso en su facultad. De inmediato habló con su mejor amiga para preguntarla si a ella también le gustaría acudir. Por supuesto, su compañera asintió y las dos juntas se pusieron manos a la obra. Se matricularon en aquel curso con la ilusión y la esperanza de aprender en dos días mucho más de lo que casi habrían aprendido en su vida de universitarias.

Así pues, el día del esperado evento ambas se presentaron haciendo gala de sus trajes y, por supuesto, de sus zapatos. Aquellos dos largos y duros días pasaron rápidamente, seguramente porque, como se suele decir, "cuando te lo pasas bien el tiempo pasa más rápido". Ambas aprendieron muchas cosas, convivieron durante dos días con personas de todo tipo, todas maravillosas; se mostraron tal y como son, y no bajo el personaje de estudiantes que día a día les tocaba actuar; y se alegraron mucho cuando, al final del curso, se dieron cuenta de cuánto había merecido la pena realizarlo, de la intensidad de los dos días, y de la experiencia que habían tenido la suerte de vivir.

Finalmente, Elena está ahora orgullosa e ilusionada de todo lo vivido los dos días anteriores, y estaba esperando que pronto se celebrase un evento como al que había acudido. Y, así, colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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